La cirugía refractiva modifica la curvatura de la córnea para conseguir que los rayos de luz se enfoquen adecuadamente sobre la retina, logrando una visión nítida sin necesidad de gafas.
La cirugía láser LASIK va dirigida a todas aquellas personas que sufren de miopía, astigmatismo e hipermetropía.
Miopía: esta alteración visual se puede desarrollar en la infancia y variar con el paso de tiempo, sufriendo cambios en la graduación.
Hipermetropía: es un error de enfoque visual que provoca visión borrosa de cerca. Aunque, con los años, también afecta a los objetos que se ven de lejos.
Astigmatismo: se produce cuando la córnea no presenta la misma curvatura en todas sus zonas. La luz se enfoca en más de un punto de la retina y provoca una visión borrosa y distorsionada.
La consulta previa a la cirugía es de vital importancia. Se realizará un estudio previo con diversas pruebas optométricas y oftalmicas para obtener toda la información para determinar si el paciente es apto para la cirugía láser ocular y el tipo de procedimiento que se empleará.
La cirugía láser ocular comienza con la aplicación de un colirio anestésico (gotas) y con la inmovilización de los párpados del paciente para evitar el parpadeo.
Tipos de cirugía láser
Tras la cirugía, el paciente permanecerá 15 minutos en reposo en la clínica. Seguidamente, se realizará una primera revisión y se le explicará de nuevo el tratamiento a seguir y todas aquellas cosas que puede y no puede hacer.
El paciente abandonará la clínica con una buena capacidad visual, la mejora visual la notará a partir del día siguiente.
Requisitos para acceder a la cirugía
Financiación completa del tratamiento
Todo incluido
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